Ni yo misma sé los meses que lleva mi molde para bundt cakes esperando el momento de perder mi miedo escénico. Como muchas otras cosas en la vida, mi pretensión era conseguir que me saliera perfecto.
Hay un temor que experimento en la cocina y que os debo confesar; se trata del asunto de “desmoldar”. Me da verdadero pánico echar a perder un pastel, una tarta, o un bizcocho en ese paso decisivo. Y con el bundt cake este asunto se había convertido ya en verdadera obsesión. Estaba convencida que tanto recoveco y tanta forma no iba a resistir alguna miguita pegada que me echara al traste el perfil y porte perfecto de mi bizcocho.
Mientras tanto veía como se paseaban ante mis ojos los bundt cakes de otros que los presentaban tan ricamente y sin ningún tipo de complejo. Era algo irracional esa cosa mía con el dichoso molde.
Supongo que sabréis que bundt cake viene de bundt, que es el nombre del recipiente. Los moldes bundt, que son marca registrada de Nordic Ware Company, los hay de muchos tipos, aunque se caracterizan por ser redondos, con formas en los laterales y un tubo central que hace que tenga forma de corona. Si queréis conocer su historia la podéis ver aquí; en el blog de El Rincón de Bea que es una super repostera, y de estas cosas sabe un montón.
Aun podemos encender el horno, porque aunque es primavera hace un frío que pela. Así que sigue siendo agradable sentir el calorcito en la cocina y el olor de la vainilla y el limón.
Decidí estrenarme con un bundt cake sencillo y no me compliqué con harinas ni con glasa, ni con especias, ni con todos los aditamentos con los que podemos llegar a hacer hasta 200 bundt cakes diferentes. Así que para iniciados o reticentes, ésta es la receta perfecta:
Ingredientes:
- 4 huevos L.
- 200 g de azúcar.
- 200 cc de nata líquida 35% mg.
- 200 g de harina de repostería.
- 2 cucharadas de esencia de vainilla.
- 2 cucharaditas de levadura química.
- 1 cucharada de sal.
- Ralladura de 3 limones.
- Una nuez de mantequilla.
Preparación:
Este bizcocho lo he preparado con la Thermomix por una cuestión de limpieza y eficiencia, pero lo podéis hacer ayudados de un bol, o varios :))) y unas varillas, o una batidora. En primer lugar separamos las yemas de las claras y montamos éstas a punto de nieve con la mitad del azúcar. Con la Thermo poner a 50º (yo las tenía de la nevera, en otro caso basta con 37º) y programar 3 minutos y medio a vel 3 y 1/2.
Reservamos el merengue, aclaramos el vaso y montamos la nata líquida, también en vel. 3 y 1/2 hasta que veamos que ya está lista, monta mejor si está muy fría. La sacamos a un bol y en el vaso colocamos ahora las yemas con el azúcar restante y la esencia de vainilla; y batimos unos minutos a la misma velocidad hasta que veamos que han cogido cuerpo. Añadimos la sal.
Tamizamos la harina con la levadura y le añadimos la ralladura de los tres limones. Entonces la comenzamos a incorporar a las yemas mientras la thermo gira en vel 3. Poco a poco. Finalizado este paso añadimos la nata montada al vaso y mezclamos suavemente con la espátula. Posteriormente hacemos lo mismo con las claras montadas. Tiene que quedar todo bien integrado. Yo me fui ayudando también con la thermo, haciéndola girar a vel. 2/3 de vez en cuando, no pasa nada, la masa no pierde volumen.
Ya solo queda verterla en el bundt bien engrasado con mantequilla. Y hornearlo a 180º durante 30/40 minutos. Antes… golpearlo varias veces contra la mesa para eliminar las burbujillas que puedan haberse formado y que así no queden luego en la superficie en forma de feos agujeritos. Esto último no sé donde lo he leído… pero me lo anoté. Llevo meses estudiando la técnica del bundt cake.
Dejamos que se enfríe bien para desenmoldar. Nos mentalizamos y nos repetimos varias veces: “Bea ésto va a salir bien” (cada uno que repita su nombre… no el mío claro! ) Visionamos el bunt cake perfectamente presentado y perfecto. Y vamos a ello!!
Merienda lista!!
Como la mayoría de las veces que en la vida nos empeñamos en que algo es difícil o imposible al final…. no era para tanto. Lo primero que pensé cuando lo ví tan mono y maravilloso y que lo había hecho yo solita fue lo mismo que cuando nació mi primer hijo… “esto está chupado…. a por más”!
Me lo he pasado bomba con el proceso de la masa, mezclando, batiendo, oliendo la vainilla y el limón… y ha resultado delicioso, esponjoso, muy lucido y… vamos! que estoy deseando que lleguen mis hijos del cole, que hoy los he facturado hasta las cinco de la tarde, para que me tiren al suelo a besos!
A veces se quejan de que con el blog cocino cosas raras que no les gustan, pero los días que toca dulce están encantados de la vida.
Siempre vienen a casa, pero hoy me apetecía silencio para mi bundt cake. Me ha faltado ponerle música clásica durante el horneado, ha sido un bizcocho muy mimado que tiene sus horas contadas, en este momento esta foto ya es un recuerdo del pasado.