La mejor ensalada de frutas del mundo es la que me tomé en la habitación del Hotel Balneario de Las Caldas un catorce de diciembre.
Fue hace dos meses, tras un intenso y a la vez emocionante día en el que viajé a Oviedo, presenté mi libro “Tobegourmet. Estilo en tu mesa” en la librería Cervantes, y me tomé para culminar la jornada un baño relajante en su complejo Aquaxana.
Comencé en una piscina espectacular, inmensa, rodeada por esbeltas columnas y cubierta por una cúpula a imagen y semejanza del Panteón de Roma y finalicé nadando por las estrellas de un cielo despejado de invierno. Fue especial.
Todo lo anterior sólo lo podía mejorar un bellísimo plato de fruta fresca que me supo a gloria y que imaginé enseguida recreado en mi cocina.
Le tomé una foto porque sabía que me sería imposible memorizarlo. Suelo hacerlo así cada vez quiero llevárme conmigo algo especial y que me ha gustado…. para revivirlo un poco (porque nunca es lo mismo y nunca suele volver a saber como la primera vez), y para seguir aprendiendo a cocinar.
Comer en diferentes lugares es una de las mejores maneras de hacerlo, además de leer y observar.
Esta ensalada saludable y riquísima, puede hacer las veces de desayuno o de comida ligera. Es por tanto un plato muy versátil y perfecto para sorprender a nuestros invitados.
Su belleza va por delante, y una vez en la boca la combinación de sabores no decepciona. Es en definitiva una receta sublime y muy elegante.
Comer todo una variedad de frutas en pequeños trozos con tenedor, me parece un lujo al que no se tiene acceso todos los días. Y un regalo delicioso para cualquier comensal.
Prepararemos dos ensaladas iguales, imaginemos que es una cena ligera para dos.
Ingredientes:
– 5 naranjas de zumo.
– 1 lámina de gelatina.
– 1 kiwi.
– 3 rodajas de piña natural.
– 5 rábanitos.
– Un poco de melón.
– 2 espárragos trigueros.
Preparación:
En primer lugar exprimimos el zumo de 4 naranjas y lo ponemos en un cazo a calentar. Cuando esté caliente añadimos la gelatina, retiramos de fuego y removemos. Colocamos el zumo en el fondo de los platos y lo dejamos enfriar.
Cuando esté frió habrá cogido cierta densidad. Pelamos la mitad de la quinta naranja y colocamos a continuación unos gajos sobre cada plato; reservamos la otra mitad.
Con ayuda de un utensilio para sacar bolitas de fruta ( o de patata ) hacemos las esferas de melón y las llevamos a la ensalada.
A continuación pelamos el Kiwi, lo partimos en rodajas anchas y cada rodaja en dos mitades. Con cada mitad tratamos de cortar con un cuchillo bien afilado ( en su defecto tijeras ) unos triángulos que luego colocaremos de pie para dar volumen. Se sujetan bien colocándolas en la naranja que hace de fondo al estar densa.
Cortamos rodajas finísimas de rábanito y lo llevamos al plato de forma que vamos componiendo el dibujo de la ensalada.
Lo mismo con la piña, que partiremos en forma de pequeños cuadradillos.
Los espárragos trigueros es un ingrediente que dudo si estaba presente en la ensalada original. Pero en mi fotografía había algo que se les parecía y que traté de adivinar sin éxito, ya que no tengo recuerdo de haberlos encontrado en el plato, y como no he podido imaginar otro ingrediente con esa misma forma y color los agregué; son la parte que corresponde a las puntas sin llegar al final; la corté en rodajas y la escaldé, para ablandarla, un par de minutos en agua hirviendo.
Comprobé que en cualquier caso le van genial.
Una vez colocadas todas las frutas, es práctico contar con unas pinzas de cocina al ser muy pequeñas, rociamos los platos con la otra mitad de la naranja que habíamos reservado.
Si estás empezando el año con ganas de comer sano, perder peso y hacer una limpieza de organismo, ya sabrás que las frutas y verduras son tu mejor aliado.
Otra opción, nada desdeñable, es ponerse en manos de los profesionales del Hotel Villa Termal de Las Caldas, que ofrecen un programa Detox que es algo único en nuestro país en un lugar así; un hotel moderno y con todas las comodidades, rodeado de las verdes laderas asturianas y a un paso de su capital. Quienes lo han probado dicen que es algo espectacular, de resultados tangibles. Hay quien lo sigue cinco días, o quien se toma unos días para completarlo y lo hace durante diez.
En cualquier caso bien vale la pena reservar una estancia aunque tan sólo sea para degustar esta magnífica ensalada de frutas.