Me apetecía hacer un postre homenaje a nuestra uva tinta, sí, esa de la que obtenemos tan buenos vinos en La Rioja. Normalmente, aunque la podemos encontrar fácilmente en las fruterías, tiendo a ignorarla y elegir la blanca, la de toda la vida, dulce y carnosa. Pero la uva negra tiene su punto. Es preludio del otoño, del cambio de los colores en la naturaleza. Si los vinos maridan con la comida, la uva negra lo hace a la perfección en este delicioso pastel de queso con toques de canela.
La podríamos confundir con el arándano, y de hecho, la podemos utilizar en cualquier elaboración que lo contenga, pasteles, muffins, tartaletas… es más económica y rica en antioxidantes.
Me he entretenido en desgranar un bello racimo, prieto y terso, que no he llegado a fotografiar…. pero lo haré próximamente, porque tengo muchos planes para mis uvas negras.
Acostumbro últimamente, para regocijo de mis más ávidos lectores y muy a pesar de los ojeadores de recetas que huyen de textos largos que siempre producen un algo de pereza, a ilustrar mis platos con las más inverosímiles historias.
Como decía ayer una lectora que adoro, por su trabajo como blogger y por ella misma, son las historias de la familia To be. Ayer era protagonista el Señor To be, y otros días lo puede ser cualquier otro de sus miembros.
Así que hoy he pensado que quería contar algo que le pueda interesar precisamente a ella. Y pensando pensando, y como nos conocemos…. he decidido desgranar mi atrezzo y contar su procedencia.
La copa super ideal con campana que contiene el pastel me la compré en menos de diez minutos en una tienda de Tarragona, pero te va a costar creer de donde ha salido esa pluma tan ideal.
Me la encontré cuando colocaba las cosas para hacer las fotos, detrás de una butaca. Pertenece al plumero con el que se limpia mi casa. Si, como lo oyes, se ve que se había desprendido justo el día correcto y en el momento oportuno, porque le va a la foto de maravilla, no crees??
La cucharita ya sabes…. es de esas que tiene el 80% de los bloggers con blog mono, como digo yo. Me la compré en Amsterdam tras perder lo que podía haber sido una mañana de museos o visitas de interés cultural. El señor To be, muy condescendiente, no tuvo inconveniente alguno en localizar en nuestro mapa callejero las tiendas de cacharrines de la ciudad para mi alegría y recogijo y acompañarme a descubrirlas todas. Es de la marca Sabre, una vez hice un post sobre ellas que puedes ver Aquí.
Importante!! … la receta:
Ingredientes:
-12 galletas Napolitanas.
– 50 g de mantequilla.
– 200 g de queso crema.
-1 yogourt natural.
– 100 g de nata líquida para montar.
– 3 láminas de gelatina.
– Azúcar para endulzar.
– Uvas tintas.
Preparación: En un cazo calentamos la nata y le añadimos la gelatina previamente humedecida en agua templada. Cuando se hayan disuelto lo vertemos en un bol y añadimos el queso, el azúcar y el yogort. Batimos y reservamos.
Colocamos un par de aros emplatadores sobre papel de horno. Machacamos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida. Mezclamos y colocamos en la base del aro, sobre ellas la crema de queso y dejamos enfriar 3 ó 4 horas en el frigo. Desmoldamos empujando la base desde abajo. El pastel sale por arriba. Adornamos con uvas tintas.