Sé que os van a encantar este chocolate con copos de oro comestible para Navidad, así que aunque aun no hemos entrado en el mes de diciembre me uno, y os pido perdón, al acoso navideño que hemos empezado a sufrir desde ya hace semanas. Qué alguien me explique por favor por qué la iluminación navideña lleva casi un mes instalada en las calles. A mí de verdad que me da mal rollo, porque bastante rápido se me pasan los años desde hace algún tiempo como para que el ayuntamiento, en este caso, se empeñe en acelerarlo todo aun más.
Lo de este chocolate, perfecto para acompañar el champán y las uvas tiene su explicación. Si os apetece prepararlo necesitáis cierto margen para localizar el oro comestible, ya que es posible que en vuestra ciudad no lo tengan en ninguna tienda y haya que recurrir a la compra online. Donde yo vivo se puede comprar en las típica tienda gourmet. Pero sé que no lo tienen en todas. Yo lo conozco por medio de mi amiga Mamen que es una crack y está al frente de Oro Gourmet.
Mamen es un buen ejemplo de mujer emprendedora; un día decidió que si no lo hacía nadie, sería ella quien se ocupara de distribuir el oro comestible en nuestro país, y parte de extranjero. Cuando me hablaba de sus viajes a Omán, a Dubai, o de sus citas en tal o cual embajada se me abrían los ojos de par en par. Resulta que luego, como esto es todo muy pequeño, tenemos amigos comunes, y esa es un poco nuestra historia de amor. Porque yo adoro a Mamen como adoro al chocolate.
Me encanta la gente inquieta que no se conforma con lo que el destino le ha traído, o en qué punto de partida le ha colocado y salta por encima de las piedras que haga falta y consigue cosas. Yo he saltado por encima de alguna piedra gorda, y bueno, mira por donde que también me voy a Dubai dentro de una semana, pero por otros motivos que nada tienen que ver con mi amiga Mamen, ni con el chocolate cubierto de copos de oro.
Si me seguís en Instagram, que si no lo hacéis ya estáis tardando, os podréis asomar un poquito a esa escapada exótica que necesito mucho. Apenas he podido descansar este verano, y me voy a tomar la revancha. Ya sé que bien me podría ir a Palma de Mallorca, y seguro que iba a relajarme también un rato, pero en fin… es algo un poco largo de contar. Y al final, para lo que me he puesto a escribir aquí es para explicaros cómo hacer hojas de chocolate en casa así de finas como veis, con un brillo alucinante, y además cubiertas de copos dorados.
El tema del brillo es algo bien fácil de resolver. Necesitamos tan sólo utilizar una hoja de acetato transparente apta para uso comestible; las tenéis en Amazón como casi todo ya en esta vida. La primera vez que las utilicé fue para hacer unas láminas de chocolate también con ese brillo, además deliciosas, unas láminas de chocolate y sésamo tostado que siempre tienen gran éxito cuando las llevo a una cena para tomar con las copas. En este caso en lugar de sésamo he recurrido al oro comestible, la técnica es diferente y hay que poner un poco más de mimo.
Ingredientes:
- 250 g de chocolate de cobertura 70%
- copos de oro comestible.
Preparación:
- Fundimos el chocolate al baño María, colocándolo en un bol y dentro de una cacerola con agua caliente.
- El agua debe cubrir sólo un tercio del bol donde se encuentre el chocolate y tenemos que poner mucho cuidado en que no se moje.
- El proceso para fundir el chocolate debe ser muy lento. Primero colocamos unas pocas onzas y según se van fundiendo añadimos más.
- El asunto es que al añadir estas nuevas onzas, el anterior chocolate se enfría y así conseguimos que no supere los 50º.
- Lo anterior es una aproximación, si queréis ser más exactos podéis usar un termómetro.
- Una vez fundido el chocolate, lo reservamos mientras espolvoreamos la hoja de acetato con oro comestible.
- Con ayuda de unas pinzas, mejor de madera, tratamos de distribuir de forma uniforme el oro.
- Con una espátula aplicamos el chocolate sobre el oro formando una capa fina, con mucho cuidado de no moverlo, y lo dejamos enfriar en un lugar fresco.
- Conviene evitar el frigorífico y dejar que el proceso de enfriamiento sea lo más natural posible.
- Con cuidado de no tocar con las yemas de los dedos la parte del chocolate en contacto con el acetato, cortamos la lámina en trozos.
- Guardamos en un sitio fresco y seco.
Consejos: Los copos de oro comestible tienen mucha electricidad estática y se pegan muy fácilmente a las manos. Eso es un inconveniente para manipularlos, pero al mismo tiempo es una ventaja en este caso porque se quedan muy bien adheridos a la lamina de acetato. El hecho de usar unas pinzas de madera para manejarlo (sobre todo cuando se trata de hojas de oro y no de copos) es por ese motivo.
Conviene no tocar la parte brillante con las manos para no dejar nuestras huellas impresas. La manipulación de este chocolate con copos de oro comestible es delicada. Pero es una idea muy original llevar a la mesa en Navidad y dejar a todo el mundo boquiabierto!