Es el Delta del Ebro tierra de arroces pero también de paisajes secretos. Los vamos a descubrir en este post y te adelanto que a algunos de ellos hemos llegado en lancha y a otros en bicicleta. Planes perfectos para hacer en familia, con amigos o en pareja. Qué más se puede pedir?…. Un buen arroz de la tierra!
Empezamos por viajar a Amposta, en donde cada año se celebra recién entrado el otoño la Fiesta de la siega del arroz. Es esta una ocasión ideal para visitar la zona, pero también lo es la primavera y como no, el verano. Es fantástico ver esta tradición en primera línea, al borde mismo del arrozal. Observar cómo se realizaban estas tareas; la siega primero y luego la “batuda a pota” o separación del grano de arroz de la paja.
Tanto hombres como mujeres con su vestimenta típica, desfilan antes de empezar en vistosos carros. Son familias que llevan esta cultura en la sangre. La fiesta se completa con cantos, bailes, un pequeño mercado de productos tradicionales y degustaciones de los sabrosos arroces del Delta de Ebro.
La experiencia es muy auténtica y pintoresca. Hay un desfile de carros, bailes y jotas del Deltebre y un ambientado increíble.
Tras esta inmersión en las tradiciones del arroz de la zona del Delta de Ebro nos acercamos a Sant Carles de la Ràpita para tomar un aperitivo en un lugar que pocos visitantes conocen y que tuvimos el privilegio de descubrir gracias a nuestro viaje organizado por La Agencia Catalana de Turismo. Tomad buena nota porque es un plan para no perdérselo.
El en puerto se pueden coger una lanchas que te conducen directamente a un restaurante en medio de la bahía del Alfacs. Hablamos de Musclarium, El trayecto es una una delicia porque el paisaje es precioso, pero cuando uno alcanza el destino, en poco menos de diez minutos, sabe que lo mejor está por llegar.
Así es, en este curioso lugar se ubica sobre unas estructuras rectagulares, en madera y hormigón, en el que se asientan las mejilloneras. En ellas se cria el mejillón del Delta que se puede probar allí mismo con un cava o un agradable vino blanco. Antes de ello nos mostraron también las ostras que se cultivan en esas mismas aguas y nos enseñaron a abrirlas.
Me gustó aprender cómo abrir ostras, he de reconocerlo, pero degustarlas en aquel entorno fue simplemente alucinante.
Después de esta aperitivo tan especial nos dirigimos a comer al restaurante Lo Mut, especializado en arroces. Un establecimiento de decoración moderna pero compatible con el paisaje y estilo mediterráneo del Delta del Ebro. En Lo Mut se ofrece una cocina de temporada, con un producto de gran calidad directamente traído del mercado de las comarcas cercanas.
En este fabuloso restaurante al que sé que volveré cuando regrese a la zona probamos unos arroces de diez!. Me ha quedado mucho por explorar y por conocer y el Delta del Ebro es un destino ideal para pasar unos días de relax. Está situado en una antigua masía rehabilitada en el Parque Natural del Delta.
Para abrir apetito comenzamos con unas croquetas de rabo de buey con mermelada de membrillo. Degustamos además unas deliciosas ostras del Delta con caviar de algas y vinagreta de lima. Seguimos con una ensalada con secreto ibérico a baja temperatura y vinagreta de Parmesano.
A partir de ahí nos dividimos y mientras algunos probaron los canelones de pato con bechamel de foie, yo opté por el carpaccio de atún Balfegó. De la misma forma a la hora de la verdad hubo de decantarse por uno de los diferentes arroces que ofrecen. Dudé con el arroz caldoso de bogavante, que luego me tentó muchísimo al verlo en el plato, pero me decanté por algo muy típico de la zona como el arroz meloso de pato del Delta con trompetas de la muerte. Realmente increíble!
Tras esta fabulosa comida en Lo Mut visitamos la Cofradía de Pescadores de Sant Pere L’ Encanyssada. Conocimos una peculiar técnica de pesca: “la Pantera”. Consiste es atrapar los peces gracias al viento que los arrastra hacia una estructura de madera con forma de embudo. Conversamos con los pescadores que nos contaron su forma de vida durante la temporada (varios meses) en que se abre la veda de pesca. Viven solos en la propia cofradía y las familias les visitan una vez por semana.
Fue curiosos ver de primera mano una de sus capturas más sorprendentes; la del cangrejo azul, que ha pasado de ser considerado una especie invasora a ser un apreciado majar que se incorpora a los arroces de la zona como una auténtica delicatessen. La Cofradía se puede visitar y en temporada se puede comprar allí mismo el pescado recién capturado a un fantástico precio.
Esa noche la pasamos en el Hotel Algadir que nos gustó muchísimo. Y nos gustó no solo por sus cómodas habitaciones, su agradable zona de piscina, sino también por su excelente cocina que pudimos degustar en la cena de la mano del chef Joan Capila. Este hotel es el primero en Cataluña en conseguir el certificado Ecolabel por su compromiso con el medio ambiente. Así, en su restaurante gastronómico promueven el empleo primordialmente de productos de la zona y de proximidad. Lo comprobamos además en el desayuno que fue fabuloso, con repostería casera de gran calidad.
En la imagen superior uno de los platos más especiales: “Cerdo negro de Ibiza con sobrasada, foie y espardeña con espuma de sobrasada”. Además probamos “la ostra braseada con velo de jamón, anguila y crema de galera”, el “Carpaccio de gamba blanca de Sant Carles de la Rápita, con cítricos y jengibre”. Seguimos con “el pulpo a baja temperatura con parmetier de patata violeta y mayonesa de pimentón” delicioso. Probamos, porque había que probarla, la fideuá que hace Joan Capila, un maestro además en arroces que pudimos degustar al día siguiente en una Barraca típica, un planazo que merece un post a parte que os prometo para muy pronto.
Esa noche convenía descansar bien, y así lo hicimos. No esperaban para el último de nuestros cuatro días de estancia en el Delta del Ebro tres planes tan intensos como fascinantes:
1.- Un paseo en bici eléctrica por los arrozales del Delta hasta llegar a un cementerio de barcas. De lo más fotogénico que he visto en mis viajes y he viajado un rato!
2.- Una cata de Sakes de arroz del Delta. En Kenshô Sake. Muy especial os parece?
3.- Una degustación de arroces del Delta, y ver cómo los preparan desde el principio para nosotros en una Barraca tradicional de madera, cañas, barro, paja y espartina rodeada de arrozales. Una chulada!!
La zona del Delta de Ebro es perfecta para una escapada especial, para disfrutar de la rica gastronomía local y para vivir experiencias únicas descubriendo rincones y paisajes secretos. Si quieres extender tu estancia por la zona no te pierdas estos 1o lugares que debes visitar.
Te apuntas?